¿12 comportamientos para evitar la violación en cita?



El Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha, institución de igualdad pionera en España a la que quiero y admiro, ha lanzado en estos días una campaña con la intención de dar a conocer y prevenir la Violación en cita. "Sin un sí ¡es no!"

Cuando apareció en redes uno de sus folletos, concretamente el dedicado a chicas, hice algunos comentarios al instituto en Twitter y me dijeron que leyera porque mi opinión carecía de fundamento. Eran 140cc, es de entender que poco se puede fundamentar ahí y por eso lo hago aquí.

Estas son mis críticas al folleto  con 12 consejos para chicas que forman parte de la campaña contra la #ViolaciónENCita. No intento criticar al conjunto de la campaña, puesto que solo algunos retazos de la misma han llegado a mis manos.
Antes, los 12 comportamientos "aconsejados".







En primer lugar, el simple hecho de que en el enunciado diga "que te pueden ayudar a evitar" es, a mi entender, erróneo (y no me refiero solo a los tres verbos juntos). Habla de comportamientos (¿qué otra cosa sino determinados comportamientos es lo que se nos ha exigido por el patriarcado desde siempre?). Encima, usa el imperativo. Pero lo más graves es que traslada la responsabilidad a la víctima. Lo único que puede evitar una violación en cita a una mujer es no tener citas (añadiría, con hombres, pues no suele haber violaciones en cita en parejas homosexuales a las que en la campaña se invisibiliza bastante y parece dirigida solo a parejas heterosexuales como si fueran el único tipo de parejas). Una vez tomada la decisión de tenerla que no te violen lo puede evitar solo el hombre con el que te citas no violándote.

Podría haberse llamado prevenir, disminuir el riesgo, o incluso haberse convertido en un listado de comportamientos masculinos que te pueden hacer pensar que la violación en cita se aproxima antes de que no puedas hacer nada.

Entiendo qué es (y que es) una campaña de prevención, he diseñado muchas. Pero la prevención pasa por entender la situación y ese folleto en su dodecálogo solo te dice qué tienes que hacer (otra vez, como siempre) para que un hombre (o un chico) no vaya a entender “por tu culpa” que no has dicho no. Es reafirmar la idea de que si haces lo suficiente no te violan y si te violan es que algo hiciste mal.

Pero no es solo eso. Voy a ir punto por punto:

1. Siempre es una palabra a evitar porque nada puede hacerse siempre, y menos, si hablas a adolescentes que solo piensan en el ahora, el ya, el momento.
2. Chicas que pueden permitirse pedir otra bebida aunque no hayan bebido la primera, por no haberla vigilado bien la anterior. Segunda culpabilización  en el segundo punto (la primera en el ”título”).
3. Deja claros tus límites. Llevo 10 años haciendo talleres con mujeres adultas con formación en género a las que tengo que enseñar a marcar sus propios límites porque los ignoran. ¿Cómo va a dejar claros sus límites una adolescente? ¿Y si no lo hace, qué se deduce? que no dejó claros sus límites y por lo tanto parte de la responsabilidad es suya. No lo digo yo, he leído cientos de comentarios de personas no solo formadas sino especializadas (de una fiscal de violencia de género y una forense del turno de violencia, entre ellas) alertando sobre este punto. Si una chica lee estos “consejos” y la violan posiblemente no lo diga jamás porque pensará que de alguna manera ella lo propició. Y, a la inversa, si lo lee un chico y una chica no hace nada de eso ¿qué puede interpretar? No solo está mal enfocado, es contraproducente. Al día siguiente de la polémica por mis críticas tenía talleres mixtos con chicos y chicas de 14,15 y 16 años. Siempre hablo de límites y esta vez me fijé aún más en sus respuestas. Entre los 2 días, de más de 100 ( de 25 a 29 por 4 grupos) ni una sola supo cuáles eran sus límites a priori. Eso sí, una vez llegaban los iban reconociendo. Pero no podrían haberlos marcado antes. ¿Por qué? porque siempre se marcan (dicen ellas) de acuerdo al contexto, según vaya la cita, dependiendo de cómo se comporte el chico querrán o no pasar a más. O, al contrario, van a por todo y solo si no les gusta, empezarán a pensar en limitar ese espacio.
4. Vete. Vete si puedes, vete si el remedio no es peor que la enfermedad y vas a estar en peligro de violación sin cita, depende de la hora, el lugar, la ciudad o el pueblo. Este punto pasa de puntillas por la clave: “si no estás cómoda”. Invitarlas a confiar a su instinto, a la vocecita de “aquí algo no cuadra” habría sido el mejor consejo. Pero no huir. Evitar, responsabilizar, huir ¿qué mensaje se traslada?
5. ¿Saben que “obligar” incluye la insistencia hasta el aburrimiento, la culpabilización por no llegar al final, el si no lo hacemos no me quieres? porque las adolescentes con las que trabajo normalmente creen que “violación” y “obligación” conllevan uso de la fuerza, daño, lesiones. Pero no palabras de amor hasta el agotamiento, por decir algo. Todavía no he dado con una que identifique la insistencia acosadora con algo más serio que “es un plasta pero eso no es violar”.
6. No está mal en teoría, pero no veo a una adolescente montando una escena. El miedo, generalmente, paraliza. Y si no hay violencia añadida, no llegan a ver la amenaza (justo porque estamos hablando de violación en cita, quizás con un total desconocido podrían hacerlo con menos pudor).
7. Otro siempre. Ten siempre. Son como órdenes. Los leo 30 años después de mi adolescencia y otra vez me dan ganas de rebelarme.
8 y 9. Están hablando a un tipo de chica que en CLM es un porcentaje mínimo, con el que pocas jóvenes de la comunidad se sentirán identificadas: una que puede llevar (siempre y siempre, ya van 4. 3 de ellos seguidos) dinero en efectivo de sobra para que quede algo sin gastar. Y que puede llamar a un taxi. En una comuidad con una población dispersa en pueblos donde no siempre hay un taxi por población, donde el paisano del taxi está en el huerto, o llevando o trayendo a otro pasajero o apaga el móvil por las noches para que no le den la lata. Adolescente hetero,  preferiblemente urbana, segura de sí (pues conoce sus límites y no tiene miedo de montar un pollo) con un perfil económico medio/alto.
10 y 11. ¿Primero montas el pollo y después llamas de forma discreta? Antes harán el 10 que el 11. Ni cien mil campañas harán que una adolescente tenga (en frío) más miedo de un posible violación (que hasta ahora nadie les ha dicho que estemos hablando de sexo forzado, solo dice si se sienten amenazadas) que la bronca de su ma/padre, de que le quiten el móvil o la castiguen sin salir.
A eso le pones el tono admonitorio de mandamientos de la ley de Dios y realmente ("debes extremar, acaba el folleto. No debes de, si acaso, como recomendación. mandatos del principio al fin) lo veo tan tan culpabilizador, tan perpetuador de la cultura del miedo, del algo habrá hecho y tan cercano a las excusas de los violadores que parece destinado a evitar esas excusas más que a prevenir, formar, educar y sensibilizar.
¿En qué punto se dice cómo reconocer esas situaciones peligrosas? ¿A reconocer los límites y cómo marcarlos? Sé que es una campaña, pero una campaña no puede decir esto no lo digo en este folleto, lo digo en el otro. ¿Y en qué punto de este extracto del folleto queda claro que el único culpable es el agresor? ¿Cómo conciencia sobre lo que es o en qué consiste, cómo se llega al punto de no reconocerla?  De hecho, si no tenías claro qué es la #ViolaciónEnCita yo no le he explicado ¿lo tienes más claro ahora que has leído los 12 puntos? Porque si solo se accede a una parte de la campaña, al menos la semilla de esa conciencia debe de quedar. Y en este folleto las únicas semillas son la culpabilidad y el miedo.
Y para culpabilizarnos y asustarnos no necesitamos ningún folleto, ya tenemos al patriarcado.

María S. Martín Barranco
@generoenaccion


Por cierto ¿encuentran la diferencia en las imágenes siguientes? lxs invito a buscarlas





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